entonces yo quiero ser enfermo crónico.
Para trabajar más y más duro sólo hay que poner fecha a los días de vacaciones que tienes pendientes los cuales, en mi caso, ascienden a más de tres semanas de diciembre. La reacción, obviamente, no se hizo esperar y tras confirmarme que mi último día laborable será el siete de diciembre, me han empezado a llover los encargos: nuevos masters, nuevos paquetes de software, nuevos fondos navideños, nuevos iconos para los diferentes tipos de ficheros, cursores y navegadores y un largo etcétera.
Hoy, por fín, he terminado con lo más problematico y espero pasarme el resto de mis días (laborables) solventando cosas simples. El apurón ha pasado.