Ha sido una semana muy larga y bastante más dificil de lo habitual por tres motivos:
- el lunes comenzó el nuevo horario (de 8 a 5) y, con él, los madrugones, el frio en la moto y el hambre desmedida a las diez de la mañana. Definitivamente no termino de adaptarme.
- El pico de trabajo ha sido bestial, muy por encima de lo esperado y de lo que un departamento unipersonal como el mio es capaz de asimilar.
- La escuela de idiomas y, sobre todo la UNED, donde empezaré el viernes, terminan por agotar las pocas fuerzas con las que llego a casa.
Por si fuera poco, el lunes, recién inaugurado el nuevo horario tuve que hacer unas horas extra en Badajoz, seis en total, que me devolvió a mis días de implantador por la piel de toro. Por suerte, en esta ocasión tenía mucha más información y recursos para enfrentarme a los problemas. Saberte solo y abandonado, sin conocimientos suficientes para abordar los problemas y viendo como pasa el tiempo y tu sigues allí sigue siendo una de mis pesadillas recurrentes y trato de no repetir esa odiosa sensación de inutilidad y desamparo.
Pero, ¡por fín se acaba esta semana!
Una idea sobre “por fin se acaba esta semana”
Intento que cambies el orden, mira la botella medio llena, levantarte una hora antes (aunque se que no te gusta) te da la posibilidad de hacer muchas cosas antes de tener que ir a inglés y asi disfrutas mas de la compañia de eme, despues de las cinco de la tarde, tienes mucho tiempo para ti.