Fue a mediados de los 70, y yo tenía vuestra edad. En la contraportada de su último número había una fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana, la clase de carretera en la que podrías encontrarte haciendo autoestop si fueseis así de aventureros. Bajo ella estaban las palabras: ?Sigue hambriento. Sigue alocado?.
Vía: Peor para el sol.
ÿste fragmento forma parte de un discurso de graduación que dió Steve Jobs, el ideólogo de Apple, en la Universidad de Stanford hace un par de años. Como casi todo el mundo, había oído hablar de él pero no había pasado de ahí y, tras saber que estaba la traducción al cristiano, me animé.
Lo que más me llama la atención es la manera tan diferente de enfocar el discurso, dándole un tono autobiográfico y simple, como quien cuenta un cuento bien conocido, con tres puntos muy marcados, en vez de dar una arenga cargada de símbolos, lugares comunes y soflamas, que es lo que yo tengo en la cabeza cuando oigo hablar de estos actos.
Otra cosa llamativa es el tono, cercano, como si estuviese contándole los retazos más importantes de su vida a un amigo que hace tiempo que no ve, con sus aciertos y sus errores, en vez de a un montón de ricos universitarios. También me agradan las tres historias, la vida, el amor y la muerte o, lo que es lo mismo, el inicio, desarrollo y fin de toda historia, que Jobs sintetiza exquisitamente para resumirlo en un pensamiento, el que da título a esta entrada.
Altamente recomendable.
Steve Jobs, standford, stay hungry, stay foolish