Hoy, a las 8 y 24 minutos, se paró mi reloj mientras consultaba la hora. De repente, sin más, el segundero no avanzó hasta el 13 y se quedó quieto. Es una sensación extraña y, dormido como estaba, no alcanzaba a saber que significaba. Ahora lo sé: absolutamente nada.
AUTOR
diego
Pues eso, alguien loco, con cinismo, pleno de deseo y vacío de saliva de tanto gritar en el desierto.
1649 entradas
También te puede interesar
todo el mundo en la oficina se va de vacaciones y yo, por segundo año consecutivo, me voy a pasar julio y […]
Mi tío parece empeñado en amueblarnos el pisito y, no contento con regalarnos la televisión en su última visita, ahora nos trae […]
Lo admito, soy carne de CPD, ese entorno hostil y aséptico que no está pensado para personas sino para máquinas, esas salas […]
El sábado me reencontré con un viejo hábito que hacía tiempo que no practicaba: la ingesta de alimentos durante más de ocho […]