Si estos últimos seis meses se pudieran pintar como un tablero de el juego de la oca, sin duda, únicamente, tendría seis casillas: la primera sería normal, la segunda, tercera y cuarta serían cárceles, la quinta la posada y la sexta la final. En todo el tablero no habría casillas con ocas, puentes o dados y, para más inri, el dado sólo tendría unos en todas las caras.
Pero hoy todo ha cambiado con un buen golpe de timón que hemos dado, así, por las bravas, cancelando la operación (la hipotética) que teníamos con Caja de Extremadura para llevárnosla a otro banco. Quizá algún día explique los motivos que nos han llevado a tan drástica solución a un día escaso de la firma de la condena a treinta años, pero no será hoy, el día en que hemos cogido los bártulos, le hemos dado una patada al carcelero y nos hemos ido, nosotros solitos, a la casilla cero, al principio del todo.
Nos hemos buscado otro banco, uno serio, con señores con corbata y en donde no te cambien cuatro veces el porcentaje que le suman al EURIBOR. Un sitio donde no te toquen los cojones, en resumidas cuentas.
vivienda, hipoteca, caja de extremadura, el juego de la oca
Una idea sobre “casilla 0”
Menuda manera de trucar el juego. Y yo que pensaba que era trampa contarse una de más en el parchis. Los hay más listos que yo, por eso, como los concejales de Marbella, que creían jugar al Monopoly.
Saludos, y suerte en tu condena.
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