Uno de mis primeros recuerdos es un casco rojo, de plástico, que probablemente me compraron mis padres para montar en bici, en aquel coche de pedales o en patinete. Aparezco con él en un puñado de fotografías, siendo apenas un crío y montando todo tipo de cacharros veloces. Pero en mi mente, el casco no es de color rojo, sino plateado. Por carnaval, creo que para un disfraz de astronauta, mi madre recubrió el casco con papel de plata hasta que ya no parecía el mismo. Luego, alguien lo necesitaba para otro disfraz de carnaval, se prestó y nunca más volvió.
No sé si en mi primer recuerdo el casco ya estaba cubierto de papel de plata, pero sí sé que lo llevaba puesto cuando mi padre me montó en la Lambretta, de pie tras el manillar, y me llevó a dar una vuelta a la manzana. Vivíamos en la calle Pizarro y, sinceramente, del paseo apenas si recuerdo unos instantes, los comprendidos entre la esquina y la panadería de la calle Manuel R. Álvarez. Recuerdo que aquella calle, en los primeros ochenta, estaba llena de baches y que, frente a la panadería, había un escalón de tierra para subir a la acera, que se me antojaba enorme. También recuerdo un puñado de edificios viejos de los que, increíblemente, alguno sigue en pie. Del paseo rentengo apenas unos segundos, unas imágenes fijas, desde el manillar de la moto y con mi casco rojo fijado al craneo, orgulloso y enchido, porque acompañaba a mi padre en su moto.
Hoy, volviendo del pueblo de eme en moto, me he pasado cincuenta kilómetros recordando mi primer paseo en moto y mi primer casco. Una Lambretta azul y un casco rojo. Fuera de mi cabeza, en paisaje era principalmente amarillo en el suelo y azul en el cielo. Todo hoy eran colores a pares…
2 ideas sobre “colores a pares”
Eras un niño atípico, te encantaba todo lo que se movía, pero lo que te llevaba a tí, lo que te desplazaba, coche de pedales, bici, patinete, etc, el balón se movía pero no te interesaba, si pasaba a tu lado, ni siquiera hacias el gesto de intentar pegarle, pasabas de él, por eso, me sorprende que ahora de vez en caundo vayas a jugar, aunque sé que te interesa los resultados del Sporting, y que te has alegrado de que sigue en primera.
La Lambretta azul y blanca, era de güelito Valentin, que se la dió a tu padre, si tu tienes recuerdos, imaginate yo. No dices que tú y también el hermanín os turnabais para que papá os diera la vuelta a la manzana, cada uno equipado con su casco rojo, esperando que el otro terminara su ruta. Voy a buscar alguna foto de las antiguas, de las que a mí me gustan y a tí no, y te las mando. Besinos.
Sigo siendo atípico y un poco niño… No hay cómo salir de la tierrina para empezar a interesarte por las cosas que antes ni mirabas. El Sporting, por supuesto, es una de ellas.
Esperaré esas fotos con impaciencia. 😀
besinos.