El campeón más joven de la Fórmula 1 ya tiene título. ¡Y todavía quedan dos carreras para degustar! La distacia, que siempre es un poco puñetera, ha evitado que anoche me bañase en la gabinona, de azul y con sidra. Aún y así, la sidra no faltó a la cita y un vecino que se quedó a cuadros al verme escanciar en el balcón. Seguramente hoy, medio Oviedo tiene catarro…
Para los que no vemos el fútbol, ópio de esta sociedad, las alegrías en los deportes son contadas. Si además pretendes que las celebraciones te queden cerca de casa (¡qué carajo!, el lugar ideal sería bajo los pies de Pelayo, pero Oviedo no está tan mal), vas listo. Si también resulta que eres un asturianín emigrante… ¡te jodes!
¡Felicidades, paisano!