Hace un mes, dos de los equipos que utilizaba para pruebas comenzaron a hacer cosas raras, a dar errores de disco duro y uno, el más grave, se apagaba cada cincuenta segundos. Como informático curtido en mil batallas, llamé al servicio técnico pertinente y tras dos días de espera, un tipo muy simpático les cambió discos duros y placa base.
La semana pasada zoolox (mi ordenador laboral, mi almacén de frustraciones y desdichas) comenzó a hacer cosas raras y a apagarse cada dos días primero y cada dos horas después. Y claro uno, que se define como apagafuegos e informático experimentado, pasó olímpicamente de las advertencias y lo dejó encendido todo el fin de semana. ¿El resultado? Hoy se apagaba cada cuatro minutos.
El miércoles volveré a ver al simpático tipo del destornillador, las tenazas y las placas base.