En días como hoy, vísperas de fiesta, puentes y acueductos, uno sólo piensa en mañana, en las horas que te separan de terminar con esta agonía de minutos inmóviles y horas que se repiten, una y otra vez, recordándote que sólo son las nueve de la mañana, que llevas un café y un te y que todavía tienes que arrastrarte durante la mayor parte del día. Son días malditos y pesados, lentos de digerir, en donde la actividad frenética se recuerda con mimo y añoranza.
Y la maldita impresora sigue sin funcionar…
puente, acueducto, fiesta, trabajo
Una idea sobre “el día de mañana”
a aguantar a aguantar..
la espera es pesada, pero es seguro que el puente llegará!
jaja 😛