En el curro han instado una fuente que filtra, purifica e incluso calienta agua y como el café de la máquina es lo más parecido que hay al aceite sucio y caliente, recién extraido del motor de un trailer, me acordé del kit del té que tenía en la empresa de Badajoz y me lo traje. El kit lo componen mi taza del Pato Donald enfadado (un regalo de mis tiempos de bofh sádico y duro que decían que estaba hecha a mi imagen y semejanza), un bote con té granaíno, té albaicín por más señas y una cuchara inglesa de pinza que permite filtrar el té en el agua caliente sin esparcirlo por la mesa. Con este kit y la excusa más tonta del Universo fue como eme comenzó a hacer vida social y a parar un rato a media mañana para compartir cafeina y risas.
Ya había perdido la práctica y casi ni lo recordaba, pero el té tiene bastantes más puntos fuertes que el café, por lo menos en mi caso ya que me resulta menos adictivo, más rápido a la hora de despejarme la mente y no se mete con mi estómago ni me quita el sueño. Además, a media tarde apetece y la mini-ceremonia del té japonesa que organizo hace las veces de tiempo muerto, me serena y me calma.
tea time, té, tea
Una idea sobre “la hora del té”
Si eres un amanté del té echa un vistazo a nuestra tienda on-line, podrás comprar desde casa más de 150 tés e infusiones diferentes, incluido el té matcha de la ceremonia japonesa del té que mencionas así como el colador o los cacillos de bambú que se usan en ella.
Me alegra de que te guste el té.