las fotos de lolo y eva – El sueño del mono loco
El sueño del mono loco Saliva, cinismo, locura, deseo…

las fotos de lolo y eva

El miércoles, quizá por el exceso de relajación, borré por error las fotografías de la cámara de lolo y eva. Todas. Ochenta fotos tomadas durante las fiestas del pueblo y llegó yo y, por querer hacer un favor y pasarle las mías a la vez que les reparaba la tarjeta de memoria, me lo cargué todo. Para tratar de solucionarlo y puesto que carecía de conexión a internet, acceso a programas y demás cosas necesarias, les pedí la tarjeta y ya en casa, con calma y algo de estrés a las espaldas, me puse a recuperar las fotos.

Por el camino, me cargué la instalación de Windows que tengo para jugar. Estas fotos me están alegrando la semana.

Buscando programas de recuperación de fotos, me encontré uno que prometía recuperar todo lo posible sin coste alguno y lo instalé. Buscó, escarbó, rascó en la tarjeta de memoria y encontró todas las fotos y me preguntó qué quería hacer. A la orden de ¡Guardar!, me sugirió que pasase por caja. Lo típico. Así que busqué un crack código de esos que permiten tener las funciones completas sin pagar. El parche que encontré no sólo no desbloqueó el programa, sino que me instaló un gusano que carcome el sistema operativo cada vez que lo arranco. Para una vez lo saco de paseo…

Al final, busqué un programa de recuperación de fotos open source, de código abierto, para evitar posibles réplicas y encontré PhotoRec. La versión para windows es fea, en modo consola, en inglés y con demasiado texto en pantalla que dificulta el proceso. Pregunta mucho, demasiado pero, una vez localiza la tarjeta, es tremendamente eficaz y rápido. Fue, buscó y encontró. Y, para salvar los datos, no pidió nada, ni un código, ni un paseo por caja. Además, tiene versiones para linux, mac, windows y hasta freebsd. Se ha impuesto, por derecho propio, como el recuperador de fotos por excelencia.

Ahora, las fotos descansan en el disco duro de dos ordenadores diferentes, en un par de discos USB y en internet, por si acaso. La tarjeta de memoria ha dado muestras de volver a fallar a la mínima y ni shred es capaz de terminar una pasada, lo que le otorga unas doce horas de vida. Del equipo de juegos, el que tiene el gusano que le consume la memoria y consigue preciosas pantallas azules, de momento ni me preocupo. El CD de recuperación se encagará de él en breve.

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