hoy es lunes y, no sé por qué, se nota. La gente en la oficina no sonrie, los marrones vuelan bajo y dan en blando, no hay humor y todos intentan no mirar al vecino. Cada acción cuesta y el aire se vuelve líquido, casi irrespirable a causa del calor.
Entonces sacas del bolso 3 â?¬ (sí, uso bolso, ¿y qué?) y le dices a tu compañero más cercano ‘Me voy abajo un minuto’. El te mira y vé los tres euros en la mano y se extraña, tu no fumas, es más, eres el coñazo de los fumadores. Entonces, ¿para que necesitas tres euros y cinco minutos? ¿Consumes lo que da el indio a las nueve de la mañana? ¿Ha bajado el precio de la coca?
A los cinco minutos vuelves distinto, iluminado, tranquilo y relajado. El sol brilla, los pájaros cantan mientras ejecutan difíciles acrobacias tratando de atraer a las hembras y ya no hace calor. Todo ha pasado, vuelves a controlar tu vida.
¡Gracias Maestro!