El oficio de periodista está en horas bajas o, al menos, esa es mi impresión. Los innumerables programas pseudo-serios copados de pseudo-periodistas que hacen pseudo-bien su trabajo, hace que cada vez me cueste menos dejar de ver la televisión o escuchar la radio. La última pincelada la padecí durante la segunda edición del telediario de hoy en Telecinco y fue por una cosa que todo el mundo desea en este pais, la lluvia. Parece que, finalmente, lloverá este largo puente de todos los santos (o de todos los muertos) y, como no, no lo hace a gusto de todos.
El periodista que informaba desde alguna parte de Alicante comentó que la playa está completamente desangelada, que se podía observar un paisaje de tumbonas vacías y que los negocios de la zona temen por la poca afluencia de turistas. ¡¡¡Estamos en noviembre!!! Nadie va a la playa en noviembre a no ser que esté en las Canarias o en Cuba. Si un señor vende gambas a la brasa en un chiringuito de la playa de la Barceloneta, que no espere tener apuro en pleno mes de diciembre.
O yo me estoy volviendo loco o este pais está lleno de gilipollas que nos arrastran al vacío.