El sueño del mono loco está recuperado, o bueno, casi recuperado. Después de rebuscar en lo más profundo de mi mente todos y cada uno de los cambios que le había hecho a la plantilla del weblog, todas las pijadas y tonterías que en su momento consideré importantes (auténticas memeces me parecen ahora) y volver a ponerlas en su ubicación original, me dediqué a restaurar todas las entradas que había puesto. Nunca sabré valorar lo suficiente al liferea, el programa con el que leo los weblogs y demás sitios con RSS por tener una memoria de elefante y permitirme restaurar entradas a golpe de copy+paste.
Así pues, hemos vuelto. Los comentarios, con gran dolor, los dejaré perdidos por el limbo.