Así, renegando y maldiciendo, hemos vuelto de nuestras vacaciones. Casi quince días de sol, playa, familia y amigos, a través de un recorrido por Portugal, Galicia y, finalmente, Asturias.
Poco más se puede añadir, salvo que en seiscientos kilómetros nos encontramos con el doble de la temperatura con la que salimos de Gijón y el alivio que fue volver a ver al sofá, nuestro sofá, estratégicamente situado bajo el aire acondicionado. Lástima que quede tan lejos de la playa de San Lorenzo… En breve, si encuentro tiempo y fuerzas (recordar es tan doloroso en ciertos casos), las fotos y las vivencias.
Hemos vuelto, para bien o para mal.
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4 ideas sobre “renegando”
Pero alma de Dios… está claro, seguías las indicaciones del GPS y no viste que la distancia mas corta entre dos puntos es la linea recta… Las autopistas a veces no son lo más rápido… Benavente-Salamanca pasando por Tordesillas, coño, ye como si quisieras ir hasta Luanco desde La Calzada, yendo por Tabaza!!!!!
Saludos, y te vigilamos, no paseis calor 😉
Tranquilo que a la vuelta no le hice caso a Marta (el GPS). Ya me conozco la ruta de la plata de memoria y, es cierto, la autopista hasta Salamanca sólo debe ser usada en casos excepcionales.
En cuanto a lo de la vigilancia… ¿debo preocuparme? 🙂
Yo sé porqué el rodeo por Portugal, Galicia para llegar a Gijón, disfrutar de la costa lo más rápido posible que suaviza la temperatura y que Eme conociera Galicia, que por lo que dijo, la dejó enamorada, y a quién nó, es una esquina preciosa con vistas al mar, aunque saben a poco las vacaciones, siempre quedán los recuerdos y esas fotos fantástica que tu haces. Besos.
Galicia sorprendió, y mucho, a eme. Y a mí, digamos que me subió los niveles de ácido úrico a límites nunca vistos :).
besos