Fueron compañeras de aventuras desde hace diez u once años, cuando zazu me las regaló un cumpleaños. Desde entonces, eran raras las ocasiones en que llevaba otro calzado e, incluso, las traje a Badajoz el verano más caluroso de los últimos treinta años. Hace dos años, durante una nevada tremenda en el pueblo de eme, me dí cuenta que tenían un agujero en cada suela y por eso terminaron en el armario.
Este fin de semana, por error, las volví a llevar al pueblo y dimos juntos su último paseo por un antiguo taller de trenes de RENFE. Nada más empezar a caminar noté como si, más que unas botas, llevase unos calcetines gordos y es que las suelas se estaban desintegrando. Al terminar el paseo, con una pequeña ceremonia, nos despedimos y se quedaron definitivamente allí.
2 ideas sobre “this boots were made for walking”
Tú y tus botas.
Sé que son tus viejas amigas, que cómo a ellas no querrás a otras igual, que duele decir ¡adiós¡ a «algo tan querido», pero sinceramente ¡ya era hora¡ me torturaba la idea de que en pleno mes de agosta te decidieras a dar un paseo urbano aquí en el norte, en Extremadura sólo de pensarlo me entraban sudores, y si ya tenían hace tiempo un agujero en la suela, a que esperabas? se seintegraron como si fueran de papel, así mismo le pasó a papá hace unos días. ¡Dé tal palo tal ….¡ Besos.
Esperaba a tener una excusa para tirarlas.
Si haces clic en la foto, vas a la lupa y seleccionas el tamaño original, podrás ver el destrozo de la suela, sobre todo la izquierda. Me imagino que, si te meten un par de años en un armario la goma de la suelas se deshace al menor esfuerzo.
besos