Esta es una lucha casi diaria para la gente que administramos sistemas. Para la gente, los usuarios, las contraseñas son un coñazo dificilmente soportable y se empeñan en poner todas las pegas que pueden, comprometiendo el sistema, si es preciso. En un servidor (de lo que sea) normalmente configurado y securizado, el punto más débil siempre son las contraseñas y muchos usuarios no entienden que memorizar una ristra de ocho números y letras puede ser beneficioso e incluso necesario. Cada vez más se depende de lo que se almacena en los equipos y esa información es, en demasiadas ocasiones, altamente confidencial. ¡Qué menos que poner una contraseña a la altura de las circunstacias!
Lo que me extraña es que el jefe de Dilbert no haga mención a los post-it pegados a la pantalla… un clásico.