A finales de agosto, coincidiendo con la luna llena, me llamó Jesús para ver si quería sacar fotos por el castillo de Alange, su pueblo, en plena noche. Yo, que soy muy complicado de convencer (y prácticamente nada irónico), acepté y preparé todo el equipo: botas de monte, cámara, trípode y una linterna de LEDs para evitar despeñarme.
Al final, el grupo lo integramos media docena de personas y nos dedicamos a sacar fotos de Alange, el embalse y la luna llena, en diferentes combinaciones.
Luego, más tranquilos tras un rato sacando fotos, nos dedicamos a jugar con las largas exposiciones y las linternas, a pintar con luz.
En esta última foto estuve pintando con la linterna el muro que tenía enfrente mientras estaba el obturador abierto, por lo que el efecto es el mismo que si le hubiese dado la luz de la luna. También es, casualidades de la vida, mi foto favorita de la jornada.
Todas las fotos, aquí: