Hubo que hacer encaje de bolillo, utilizar a la familia y jugar duro, muy duro, para poder comprar un par de entradas para el partido de fútbol que la selección española jugará contra Estonia, en Mérida. Sí, es raro que haya comprado entradas para el fútbol. Y sí, pienso ir. Para un evento masivo y mínimamente interesante que pasa aquí, como para dejarlo escapar. Otra cosa será que sepa qué se juegan en el partido, si es que se juegan algo.
De momento y hasta el día del encuentro, el nueve de setiembre, tengo tiempo para aprender algunas cosas importantes en estas situaciones: insulto típicos al árbitro, en español e inglés que es un partido internacional; algo de jerga futbolística, pero sin pasarse; y qué coño es eso del fuera de juego… Los comentarios del estilo de Salinas, los voy a dejar para posteriores encuentros. Tampoco conviene abusar.
Actualización: y con ellos, con la federación y sus cambios de hora, llegó el escándalo.