Se confirman las tres explosiones en el metro del centro de Londres y otra más en un autobús en la City, el corazón financiero de Inglaterra y, por extensión, todo su imperio. Unas horas después de saber que esta ciudad albergaría los juegos olímpicos del 2012, con la resaca todavía presente, cuatro explosiones nos devuelven de golpe a la realidad. Lo peor, como decía alguien en la radio es que lo hayan llevado a cabo en escasas doce horas, entonces si que es para temblar, para no dormir, sabiendo que están organizados y esperando un motivo, una razón dictada por un imán chiflado. Entonces sí serían un virus, latente y temible, agazapado, esperando una señal de debilidad.
Londres es, desde hace tres años (el 17 de julio los hará), la ciudad a la que siempre quiero volver, el lugar donde aprendí a farfullar inglés sin ponerme colorado, el primer lugar donde tuve que valirme por mí mismo. Por eso y por muchas otras cosas, volveré por allí, porque merece la pena y por eso esta noticia me entristece tanto.
Cuanto cabrón y que pocas balas…
Una idea sobre “londres”
Estoy de acuerdo contigo Mono Loco, pero por el momento habrá que esperar a que la cosa de tranquilize un poco.
Mis saludos y mis animos a los londinenses y todo mi cariño hacia las victimas.