Hace una semana recibí el recambio de mi, hasta entonces, fantástico móvil, un HTC Hero duro como una piedra y al que he sometido a todo tipo de pruebas (aka perrerías y torturas) durante los últimos dos años y medio. Pero, como dice la canción, se me rompió el móvil de tanto usarlo, más concretamente, algunas partes de la pantalla ya no respondían a la presión, lo que vuelve un móvil táctil en un cacho inútil de plástico, acero y algo de silicio. Además, con las mejoras en el sistema operativo y el consiguiente aumento de requerimientos, su hardware, de 2009, se había quedado claramente obsoleto. Sirva este párrafo para honrar su esfuerzo y dedicación durante todos estos años. Supongo que si le llega a salir un dueño más normal, menos inquieto, hubiese durado más.
El recambio, el nuevo móvil, es una bestia parda de esas que te erizan los pelos de la espalda con sólo tocarlo. Se trata de un Samsung Galaxy Nexus, el teléfono oficial de Google para android y, obviamente, eso se nota. Empezando por el detalle de que cuenta con Ice Cream Sandwich (ICS, para abreviar), la última versión de android que lo vuelve rápido, sencillo de usar y muy práctico. Se acabó eso de pasar cuatro pantallas para configurar una conexión inalámbrica o lo de hacer malabarismos para eliminar las tareas que estaban en background. Tras usar cinco versiones diferentes del sistema operativo (1.5, 1.6, 2.1, 2.2 y 2.3.7) veo claramente la evolución y el proceso de simplificación de muchas de las acciones más comunes, que ahora están más accesibles, más a mano.
Además, por exigencias del buscador, viene sin ninguna personalización ni «mejora» por parte del fabricante y de la operadora, lo que verdaderamente arruina la experiencia del usuario en android, según mi opinión. Porque el sistema en sí, pelado, tiene un potencial enorme si te tomas un tiempo en adaptarlo a tus necesidades, potencial que desaparece según se instalan las diversas capas gráficas de los fabricantes, llámense Sense o Touchwiz.
Para no aburrir diré que del nexus me gusta casi todo, aunque hay algunas características que me echaban un poco para atrás a la hora de comprarlo. Por ejemplo, el hecho de que sigan haciendo estos teléfonos con unos acabados mejorables. Porque, siendo magnánimos, la tapa posterior es mediocre, que aunque resiste la extracción dos veces, parece que se va a deshacer entre tus manos en la siguiente oportunidad. ¡Usen metales, señores! Será por no copiar a la gente de la manzana con demasiado descaro pero, en serio, el terminal mejoraría mucho con un poco más de aluminio o acero a la vista. No es frágil, que no se entienda mal, es compacto y duro pero creo que un poco de metal lo catapultaría al primer puesto y quitaría del medio la tapa, que siempre es una ventaja. ¡Ah! del tamaño no voy a decir nada porque no creo que sea grande, sino que mis manos son pequeñas (sin ironías) y tiene el tamaño justo para no ser un ladrillo.
Y en lado de las cosas buenas (siempre es mejor terminar con lo bueno), el resto. Que se hayan cargado el botón Menú y lo hayan sustituído por tres puntos puestos en vertical en cualquier lugar de la pantalla, tengo que decir que me sorprendió y me confundió los primeros días pero, a partir del tercer día, ya ni recordaba la forma del susodicho botón. También han desaparecido todos los demás botones, excepto el de encendido y los del volumen, y los del menú han pasado a estar pintados en la parte inferior de la pantalla, más grande gracias al espacio ganado y con una calidad muy notable.
Hay dos novedades relativas a la seguridad que me han gustado mucho, el uso de NFC y la posibilidad de cifrar (encriptar, para mí, sigue siendo meter el móvil en una cripta) los datos del usuario. Del NFC no puedo hablar porque no sé gran cosa del tema y aún es pronto para meterse en semejante jardín pero ya tengo echado el ojo a una aplicación con la que jugar. Y el cifrado me parece necesario ya que cada día llevamos más información personal y sensible en estos ordenadores de bolsillo que llamamos móviles y que, en caso de extravío o pérdida ayuda saber que no estará accesible (por mucho que @corsaria se empeñe en fastidiarme el sueño :)).
Y, para el final, las cámaras, porque el nexus tiene dos, la clásica en la parte posterior y una frontal para usar en videoconferencias que, oficialmente, acaba de relegar a mi iPad en la difícil tarea de conectar con Skype durante los viajes. Pero, más que de las cámaras, conviene mencionar el software que las hace funcionar, porque ninguna de las dos es un portento (en comparación con algunas que ya hay por ahí) y, según mi opinión, podían haberle mejorado al menos la posterior, cuyo sensor tiene la misma capacidad que la del HTC Hero. En este caso, con esas cámaras y el software que trae, las valoraciones se olvidan pronto porque este último factor es determinante. Han reducido el tiempo de disparo a prácticamente nada y se puede disparar en ráfaga si uno tiene pulso suficiente; la configuración, aunque espartana permite jugar con los parámetros más importantes, aunque hecho en falta más control sobre las ISO; incorpora un creador de panorámicas sencillo y eficaz; y se puede sacar el video en HD por el conector microUSB.
Leyendo semejante tocho se podría deducir que estoy encantado con el teléfono, cosa que cierta y que tengo juguete nuevo para rato. Se acabó por hoy, me voy a jugar… 😛
5 ideas sobre “móvil nuevo, Samsung Galaxy Nexus”
Vaya, pobre HTC Hero, duro como una piedra… con dos años y medio….. se te ha roto.. el mismo tiempo de mi 3GS y que sigue lozano, fresco y sin signos de deterioro ni en la batería 😉
Me alegro por el cambio hombre, especialmente porque tengas uno «oficial» y no tengas que lidiar con las dichosas capas gráficas.
Pues yo hace una semana escasamente dejé el archifamoso Nokia 5800 (tras dos años y pico también de mucha tralla, y casi nuevo) para dar el salto a mi primer Android. Y a pesar de ser de los más básicos, debo admitir que estoy encantado, aunque sólo sea por el cambio Symbian –> Android.
Ya nos contarás tus trasteos con el nuevo aparatejo.
¡A disfrutar de cacharro! 🙂
daniel, no creo que el uso que le hemos dado a nuestros respectivos móviles haya sido el mismo. Yo empecé fuerte: se me cayó tres veces la primera semana, dos de ellas por un tramo completo de escaleras. 🙂
Además, fue mi primer android y eso, ya lo sabes, marca. Tuve que ponerlo a prueba desde el primer hasta el último día y eso sin contar con que, ni de lejos, está tan bien construido como tu iPhone.
debish, es un gran salto pero no lo vas a lamentar. Quizá pensarás que podías haber cambiado antes :D. Y sí, ya iré contando cómo me va… 😛
saludos
Buen movil , Suerte tuviste que en el aterio android te diera actualizaciones Yo directamente me tuve que pasar a versiones de fuera de fabricantes y se ba notando bastante la diferencien entre la 1.5 y la ultima 2.3.7
Un saludo y espero que mi telefono que cumple 2 añito lo renueve un poco mas tarde
Picholeiro, no te engañes. A mí me vendieron las actualizaciones OTA como algo inmediato y continuo y así, de esa forma, sólo tuve una, de 1.5 a 1.6. El resto, tarde, mal y con un tufo a desgana importante. Al final, como tú, tiré de ROMs para descubrir un mundo de colores :D.
Suerte con tu cambio de terminal.