¡Hoy es el día del orgullo friki!
Normalmente no me gusta éste término por su sentido peyorativo pero, ¡qué demonios!, un día es un día. A eme, hay que reconocerlo, no le cuesta llamarme friki (creo que con cariño) pero tampoco le hace mucha gracia admitir que su pareja es un tanto atípico y que le encantan, entre otras cosas, mencionar este día. De mi gusto por las camisetas «diferentes», si eso, hablo otro día…