Vimos UP el sábado y todavía estoy seriamente conmocionado, relamiéndome al recordar escenas de la última película de Pixar. Porque, como apuntaba alguien, hay que tenerlos muy bien plantados para contar la historia de un vendedor de globos jubilado que cumple con los deseos de su difunta esposa y se va a Sudamérica.
No voy a decir nada más del argumento porque creo que merece la pena, y mucho, verla. Ya sea en tres o en dos dimensiones, lo importante, como casi siempre en Pixar, es la historia que se cuenta, en forma de guiones impecables que siempre parten del respeto con que tratan al espectador. Y es que estas películas (no son de dibujos animados, sino animadas por ordenador, la cosa varía), las ven, les gustan y las entienden los niños y las devoran, les emocionan y las adoran los adultos por igual. Porque esta gente no trabaja para contentar a un tarjet, a un público objetivo. Estas cosas sólo se pueden hacer desde el gusto personal, desde el convencimiento de que lo que se hace es no bueno, sino cojonudo. Sino, Carl Fredricksen sería un personaje plano, simplón y previsible y el que llevaría la voz cantante sería Kevin, el pájaro de colores que me recuerda al cruce de un kiwi con un avestrúz. Pocas cosas venden más muñecos en el McDonalds que un pájaro de colores parlanchín.
A mi lado, en la sala, estaba sentada una familia completa, papá, mamá y un niño que, salvo una pequeña pregunta al principio, no dijo ni mú. Se portó el crio pero, lo que me llamó la atención fue el padre, expectante, moviéndose en su butaca como un poseso, nervioso a ratos, riendo como un loco en otros y con la lágrima al acecho en el par de ocasiones en que la cinta lo merece. Porque sí, porque si uno no es un maldito robot debe emocionarse en La Secuencia, en esos cuatro minutos mágicos, sin palabras, que le hacen creer a uno que todavía merece la pena ir al cine de vez en cuando. Sobre todo, si la película es de Pixar.
A eme, la persona más reacia que conozco con las películas de animación, me costó llevarla al cine por el simple hecho de que tiene mala memoria con el séptimo arte. «Son los mismo que Wall·E» «¿En serio? Pues esa me gustó» «Sí, y también hicieron Monstruos S.A., ¿la recuerdas?» «¡Atito!» «Sí, esa, atito… ¡Ah! y son los que buscaban a Nemo» «¿En serio? Bueno, si quieres, vamos a verla. ¡Pero como sea muy mala…!» Al final, rió, se estremeció y casi sale llorando, como todos en aquella sala. Y ya me dió un anticipo: la próxima película de esta gente, la veremos en el cine ¡y sin negociaciones!
9 ideas sobre “arriba, arriba, UP, UP”
me has convencido, iré 🙂
no te arrepentirás.
La parte en la que describen la vida anterior del protagonista en pocos minutos me pareció magistral. Saludos.
Nosotros estamos deseosos de ir a verla pero como estamos aquí perdidos por los montes Gallegos esperaremos a estar de vuelta en la capital. Las pelis de animación salvan al cine de hoy.
PD: te escribo desde mi nuevo y flamante iPhone 3Gs, eso si aquí en medio del monte de 3G nada de nada, a 5kb/s, como hace unos años.
PD2: besos a eme
Miriam:
hay dos momentos en la película en donde se resumen años enteros en un puñado de segundos y, en ambos casos, está contado de la misma forma magistral que comentas. Yo quiero volver a ver la película para, esta vez, degustarla con calma, una vez pasada la novedad.
Ángel (con tilde ;)):
¡de vacaciones! Esas cosas no se cuentan a alguien que está al pie del cañón… que falta de detalle :D.
No sé si al cine lo salvan las pelis de animación o las de pixar porque, sinceramente, no recuerdo ninguna otra que esté pegando muy fuerte. Además, poco se puede hacer por el cine, tal y cómo está. Sólo hay que mirar la cartelera para quedarte dormido.
¿Tu flamante ay!fon suena como un módem de los de antes? Ya sabes: piiiii, piiirrriiiiipiiiiiii… 😉 Cuando me compre el trasto con Android, que lo compraré, la primera foto, para tí. Prometido.
Me encantó la película,la historia y todas las sensaciones que provocaba en cada instante. Totalmente recomendable.
tio… muy muy bonita… mucho…
me ha sorprendido gratamente
he sentido que veía varias peliculas: un corto, una pelicula muda y una de aventuras.
y por cierto, PEDAZO banda sonora 🙂
Este fin de semana hemos visto la película Marta y yo. Como no podía ser menos Marta se ha pasado toda el tiempo riendo mientras lloraba, incluso a mí se me ha escapado una lagrimilla (ya no soy el que era -_-!).
En resumen, todo me ha parecido espectacular, desde el argumento hasta la banda sonora, pasando por la calidad técnica del CGI.
cdb: si es que a veces sólo tienes que hacer caso a los mayores :D.
Ángel: es complicado eso de llorar mientras ríes, lo sé por experiencia. Pero mientras sea por una película, todo va bien. En cuanto a tus lagrimillas… ¡los putos amos no lloran sino es delante de un chuletón! 😛
un abrazo.