Definitivamente, este catarro está crecido y va sobrado. Esta mañana tuve que rendirme a la realidad y asumir que no estaba para nadie, ni para nada, así que ahora estoy en casita, dándole caña al lpi (si, otra vez) a ver si me pongo y paso el segundo examen del primer ciclo. Tras responder a media docena de test, todos superados con bastante margen, me siento capaz de aprobar sin estudiar pero, como me huelo que el catarro ha mermado, y mucho, mis capacidades, voy a repasar varios temas del libro y a tratar de hacer el gilipollas lo menos posible.
Mientras tanto, a dieta de efferalganes…
catarro, lpi, certificacion
2 ideas sobre “desde casa”
!qué te mejores! a las madres (yo, al menos) siempre nos entristece que tu hijo esté pachucho y no puedas darles los cuidados y mimos de siempre, no consideras que tiene 31 años, y además vive lejos. Es un trago. No te enfades por el comentario, cuando estás mal, es cuando echo de menos que estés lejos, si ya sé, eres autosuficieeeeete. y además tienes a Eme para los cuidados y mimos, y eso me consuela. Besos. Te quiero.
Ya estoy mucho mejor. Además, deberías saberlo, los catarros y yo somos viejos conocidos y ya ni nos tratamos de usted. Yo sé cómo actúa y él sabe cómo debe putearme, está todo muy clarito…
El de la semana pasada fue uno más, con la única diferencia de que ha sido el más fuerte que he pasado en Extremadura pero, aún y así, estaba preparado :D. Ventolín, efferalgan y los mimos de eme surtieron el efecto deseado y sólo pasé un día un poco chungo. Pero eso sí, siempre se echan de menos los cuidados de mamá, por muchos setecientos kilómetros que haya enmedio.
te quiero, besos
diego