Hace un rato he salido a tomar un café con mis compañeros de tertulia y en portal del edificio, un portal inmenso en el que hay media docena de oficinas, se escuchaba el ritmo viejo de una máquina de escribir. En los albores siglo XXI, el de la tecnología, con la banda ancha de Telefónica, los dineros del I+D+I, Internet y los móviles con cámara de fotos, de video y chat a 90 céntimos el mensaje, ¡hay gente que utiliza máquinas de escribir! La posibilidad me pareció añeja y romántica como pocas.
AUTOR
diego
Pues eso, alguien loco, con cinismo, pleno de deseo y vacío de saliva de tanto gritar en el desierto.
1652 entradas
También te puede interesar
Forges, impagable… Vía: Forges, en El País. forges, humor, selectividad
El sábado estuvimos viendo el espectáculo de Carlitos, un humorista atípico que combina el stand-up americano más absurdo con canciones frikis y […]
Poco a poco pasan los días que me separan del viaje de vuelta, de los setecientos quilómetros y así, con calma, voy […]
…y sólo a mí se me ocurre cambiarlo el día de los inocentes. He creado un nuevo tema para el weblog, la […]