Estos días tengo el blog un poco apartado y apenas si escribo. Lo siento, pero no es culpa mía. Si alguien quiere pedir resposabilidades, los verdaderos culpables son mi abuela y mis padres.
La primera lleva poco más de doce días con nosotros, en Mérida y hace cuatro que la nevera tiró la toalla, incapaz de seguirle el ritmo y congelar todo lo que ella preparaba. Ha cocinado todo tipo de platos y delicias que estaban, sencillamente, sublimes y, en este punto, voy a ser parco en explicaciones porque sólo hay una forma de imaginarlo y estar aquí y probar todo lo que sale de mi ex-cocina.
A mis padres les debo una exquisita educación que me impide hablar mientras estoy comiendo y, como sólo llevamos doce días a dieta de delicatessen, no me queda tiempo para nada.
El lunes vuelvo.
3 ideas sobre “perdón”
Nada, ahora a priorizar y luego a «bloggear» -;). Tómalo con calma, saludos !!
Me imagino la escena, Gúelita cada día, cada comida intentando sorprender a Eme y a tí con esos estupendos platos que cocina, y no dejariais de probar ternera asada, cocido, ensaladas distintas, croquetas y su famosa tarta porque sé que cuando hablasta con tío, le dijiste que tenías de postre tarta de Gúelita, y aunque lo imaginaba, no te perdona que se lo confirmaras. Besos a los TRES.
Dabo: ¡que bueno que viniste! Gracias por los ánimos pero la procastinación no me deja priorizar :D.
Mamá: más veces me jo*o yo cuando lo único que me llega de la tarta son las opiniones sobre cómo estaba. Además, tío se lo tomó bastante bien… Besos.