El ejercicio consistía en escribir un texto, sin tema ni longitud fijadas de antemano, pero sin emplear la letra A. ¿Sencillo? ¡Un cuerno!
El filo del cuchillo
Tuvo que conocer el filo del cuchillo y sentir el miedo y el odio. Solo entonces se preguntó cómo pudo vivir como un fugitivo, cómo supo sobrevivir sin medios. Guerreó donde fue, con esfuerzo, sin ilusión, sin otro fin que morir. Odio, cuchillo y muerte fueron su credo. Y fue ese fin el que primero llegó, sigiloso y cruel, como siempre, con cuerpo de serpiente. Solo escuchó los dientes hundiéndose en su piel. Después, silencio.