— No estoy atraída por tí, pero me gustaría salir contigo durante un mes.
— Debería ser suficiente tiempo para resolver cualquier tema técnico con el ordenador de mi casa, mi teléfono móvil y el Home Theater.
— ¿Habría besos?
— ¿Qué clase de chica crees que soy?
Vista en la web de Dilbert. La traducción y todos los fallos achacables a ella, como siempre, mía.
Está el tema del soporte (por soportar, aguantar) a los usuarios un poco crispado. Esta mañana, tras la tira de Dilbert, apareció Wardog, dejando su postura bien claro en su blog y describiendo sus problemas con los periféricos orgánicos de activación mecánica de la interfaz de entrada de datos, según su propia definición.
Alguna de las tareas de la gente que diseña programas, webs y hasta los menús de los DVD son, precisamente, facilitar la comprensión del programa, eliminar las partes más complejas y redundantes y, como no, tratar de realizar una interfaz cómoda y ágil de usar. Pero, desde el punto de vista de la experiencia, coincido con Wardog en que el usuario medio nunca se va a detener ante un mensaje de error, por muy grande que éste sea ni, por supuesto, va a leer el contenido de dicho mensaje, y mucho menos va a elegir la opción más lógica (y esperada).
Y eso, lamentablemente, no hay profesional en el mundo de las ciencias de la computación que pueda prevenirlo.