Mamá, que tanto y tan amargamente se quejaba de lo vago que estoy últimamente y lo poco que escribo, está bajando en estos momentos desde El Norte (ese concepto de nubes y frío) hacía Emerita Augusta. Viene junto con papá y una güela, a visitar al hijo pródigo y, de paso, a hacer unas gestiones.
Un par de días con la familia, en estas situaciones, siempre saben a poco pero menos es nada. Así que trataremos de exprimirlos al máximo, como siempre, y buscar algún tema que pueda inspirar futuras entradas. Y, si lo consigo, todos estaremos un poco más contentos la semana que viene.
4 ideas sobre “desde El Norte con amor”
Desde este Norte, hoy luminoso y soleado, como si hubiera traido el sol extremeño, con la sensación de tener el cuerpo cómo si lo hubiera centrifugado una secadora gigante, hasta la cabeza parece estar descolocada y pesada, y creo que el cuello duele porque no puede con ella.
Es una verdadera paliza de viaje, sobre todo el regreso, de todos modos lo pasamos muy bien, Güelita Mari conoció vuestra casa y disfrutó mucho, el estar todos juntos, charlando y compartiendo momentos. Besinos
y luego me preguntas que porqué no subimos más a menudo… El problema no es el viaje de ida ni la estancia, sino por la vuelta, que se hace eterna. Al día siguiente voy a estar con el mismo humor perro de todas las mañanas aunque un poco más cansado pero, una vez que te acostumbras sólo pesa el viaje de vuelta.
Me alegra que lo pasaseis bien y que disfrutaseis.
besinos
Espero que hayáis descansado un poco, la verdad es que es un viaje un poco largo sobre todo si hacéis una parada de más de 30 minutos y se se acerca la noche es más pesado aún, por eso nosotros cada vez que subimos casi lo hacemos del tirón . Por aquí hoy hizo mucho calor, la verdad es que tuvistéis suerte con el tiempo, soleado pero sin temperaturas elevadas.Qué tal esas agujas, están haciendo efecto ?