Me imagino que no se esperaban semejante respuesta… Uno va tranquilamente a hacer una entrevista (la de todos los trimestres) y, supongo, da por buenas las palabras del entrevistado, sin contrastrar, ni preguntar, ni informarse. Total, ¿para qué? Una entrevista amable, creo que se llama.
Trescientos setenta y cinco comentarios después, el periódico publica una bajada de pantalones (por cierto, con las prisas, el título de la noticia está sin espacios). Algunas perlas:
ÿsa es la opinión generalizada entre un amplio sector de profesionales que, a través de la edición digital de LA NUEVA ESPAÿA, han reaccionado airadamente a las previsiones de la agrupación empresarial de empresas de la comunicación y la información -el llamado «cluster» TIC-, donde se fijaba un déficit de 900 empleos que quedarían sin cubrir en los próximos años dentro de un sector que manifiesta un crecimiento relevante en el Principado, con una facturación de más de 200 millones de euros y la generación de 2.500 empleos.
Pablo López Cienfuegos, matemático de formación, representa un caso paradigmático de esta situación. Después de pasar dos años trabajando en Madrid, ha regresado a Asturias por motivos personales. Vuelve como empleado en una las firmas más relevantes del sector TIC del Principado, «pero lo hago perdiendo casi un tercio del sueldo que estaba cobrando allí», explica este joven, quien pone en cuestión la calidad del empleo que demandan las empresas tecnológicas asturianas. «El problema está en definir a qué llamamos informático. Lo que piden es gente con poca formación, digamos; a nivel de peón. Y en Asturias hay mucho ingeniero que tiene que marcharse fuera». Este matemático repara en que en la página web del «cluster» TIC el apartado de ofertas de empleo aparece vacío.
«¿Por qué falta gente? Porque pagan una miseria. En Asturias puedes ganar un 50 por ciento menos que en Madrid, y la responsabilidad que puedes adquirir en la empresa es menor. Es verdad que en toda Europa faltan profesionales en el sector, pero en Asturias están yéndose todos. Que no nos engañen. Pero, claro, como todos seguimos empadronados en Asturias…». Así de contundente se manifiesta Miriam Ruiz, ovetense e ingeniera industrial superior que trabaja en la oficina que la multinacional tecnológica Digi tiene en La Rioja.
Gracías, Jeanette.
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