El periódico anunció que en Sevilla se alcanzarían los cuarenta grados y aquí, como somos unos envidiosos, nos fuimos detrás sin pensarlo. A primera hora de la tarde, cuando el aire parecía una inmensa pared caliente, se me ocurrió salir a hacer fotos en mitad de ninguna parte, al otro lado de la autovía. Llevaba unos días mirando de reojo una alberca y decidí olvidarme del parte meteorológico, enfundarme las botas de montaña y caminar buscando la más mínima sombra.
Finalmente, la alberca no salió tan bien en las fotos, entre otras cosas porque los cables del tendido eléctrico estaban en todas partes y, quizá, porque el calor no me dejaba pensar con claridad. De entre todas las fotos sólo se salvaba esta y, sinceramente, no tengo muy claro el porqué.
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7 ideas sobre “fotografía – paisaje veraniego”
Sonaba la chicharra de fondo ??, da calor solo ver la foto.
No oía nada. El calor produce ese efecto, cierra los canales auditivos. 🙂
Solo el mirar la foto da calor!!
Mándanos un poco de ese cielo azul para el norte, lo necesitamos y también de paso algo de calor, lo necesitan mis huesos y supongo que la hosteleria, tengo ganas de unos dias, así en plural, con sol y calor, estoy harta de Mayo y Junio que nos dejaron lluvia, humedad y cielos grises, a poco que te descuides, te sale musgo en la planta del pie. Besos
Sois un poco exagerados. El día que salí de fotos, no hacía tanto calor ni te apetecía ir de sombra de olivo en sombra de olivo, ni mucho menos casi termino deshidratado y seco como una uva pasa.
Sólo había cuarenta grados, los mismos que tiene el ron y la ginebra…
Madre mía………!!!. Solo te conozco a tí que seas capaz de hacer esa locura.
Si por aquí no hay nadie dispuesto a dejarse un poco de sudor en un alegre paseo vespertino, alguien tendrá que hacerlo. 🙂