Durante un par de semanas de mayo, en Córdoba se celebran dos concursos bastante pintorescos, el de patios y el de balcones y rejas. Los habitantes de la capital engalanan los patios de las viviendas con flores y adornos y los enseñan a todo aquel que se pase por allí. Y los resultados son impresionantes.
Unos amigos nos fuimos para allá en una excursión de fin de semana, con la intención de pasar dos días entre geranios y flores y la verdad es que fue bastante mejor de lo esperado. A pesar de que había mucha gente, sobre todo durante el turno de la mañana, y que nos tocó esperar más de una cola, la posibilidad de entrar en casas particulares es un espectáculo. En muchos casos han convertido un espacio inhabitable en verano (Córdoba y Extremadura comparten latitud y calores) en un refugio tranquilo, fresco y en ocasiones con piscina.
Tengo que reconocer que tras diez horas pateando patios y conociendo una parte de Córdoba de la que no tenía constancia, la puesta de sol mejoró bastante el ambiente y las fotografías. Ningún detalle se había dejado al azar por parte de los concursantes y eso incluía la iluminación nocturna. Pocas luces pero bien puestas, que no cieguen y que no incidan directamente sobre los visitantes. Funcional y sencillo.
Además de con las flores, que lo inundan todo, me entretuve buscando detalles que le diesen otro significado a las fotos, supongo que para prevenir un caso claro de intoxicación por colores.
El domingo, tras dos días intensos de caminatas y clases de fotografía particulares, doloridos y cansados, comimos y emprendimos el camino de vuelta a casa.
Todas las fotos, sesenta y una, están en el set «Los patios de Córdoba 2013» del nuevo y remodelado flickr.
Y también se pueden ver en forma de presentación: