Hace tiempo que sigo Náufrago del diario, el blog de Tino Pertierra, donde escribe una columna diaria bastante inspirada e inspiradora. Son pequeñas descripciones del día a día, conversaciones imaginadas y voces en off que conforman un bonito mosaico, de agradable lectura y que dejan, como el buen vino, un poso entre dulce y amargo.
ÿltimamente cambia cosas por libros. Por una descripción de un rincón o una historia pegada a la canción favorita, Tino envía más letras. De mi primera participación en este divertido concurso gané un libro y con la segunda aspiro a otro. Ambos textos los reproduzco aquí abajo:
Un libro a cambio de tu rincón
A media luz, el futón blanco que está al fondo del despacho gana varios enteros. Si luego decides darle una oportunidad y te sientas, notarás que, aunque es blando, posee un puntito de rigidez que permite pasarse horas sentado, devorando libros, charlando o, todavía mejor, abrazándose a ella para compartirlo.
Un libro a cambio de tu canción
Sólo el principio de aquella canción por trillada y repetida le hizo levantar la vista del vaso, del tercer vaso de Soberano y esbozar una sonrisa cansada. Tenía razón. Tenía toda la maldita razón y él no le había hecho caso. Años escuchándola, tarareándola, dejándose la voz en los conciertos para darse cuenta tarde de que se lo estaban cantando a él.
Le había costado años y un matrimonio verse reflejado en el espejo sucio y oscuro de un bar, a las tres de la mañana y sin prisa por volver a un piso vacío. Ella se había ido y él tenía sed, una sed bronca y gris que no se iba sino al quinto coñac a palo seco.
El final era el mismo desde hacía poco más de un mes. Se levantaba tropezando con el taburete y maldiciendo entre dientes pero esta vez, guardaba el equilibrio a duras penas mientras cantaba a gritos:
?y una mañana comprendí que a veces gana el que pierde a una mujer?
tino pertierra, letras, libros