Ayer fue el día del libro y, como es uno de los pocos días del año en que realmente me apetece regalar algo que me encanta, sin presiones ni obligaciones, me pasé por una de las dos librerías que me gustan en Mérida y le compré a eme otro libro de la autora de «El ocho», titulado El círculo mágico. El anterior, el ocho, se lo había regalado jota en Sevilla y fue uno de esos libros que parecen empapados en droga, todos los días llegaba del trabajo, comía algo y se ponía a leer compulsivamente. Espero que este otro surta el mismo efecto y la mantenga alejada de la televisión y el sofá una temporada.
¡Ah! Mi fantástica compra no llegó a las mil pesetas y, sin embargo y por ser el día que era, me regalaron dos libros más, uno (a mi breve entender) digno de ser quemado y otro, casualidades tiene la vida, que quería leer hace tiempo. El primero es Antología sumergida, de Javier Rodríguez Marcos y el segundo Memorias de una geisha, de Arthur Golden.
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2 ideas sobre “libros”
A estas alturas, deberias saber que de cualquier libro, siempre se puede sacar algo de provecho, aunque sea poco, el quemar libros, me suena a otros tiempos. Besos.
Si, es una medida muy nazi, pero tras intentar leerlo, fue el único pensamiento que tenía.