Dicen, quienes no conocían a Jack Bally, que la primera víctima de una guerra siempre es la Libertad. Los que tuvimos la desgracia de conocerle sabemos que en los prolegómenos de una contienda, el primero en llevarse un balazo del veintidós sería él. Jack era, según Ernie, mezquino, envidioso y […]
alvite
?Hace años que el Savoy es lo más parecido a un charco en mitad del parque, un lugar plácido y anodino en donde nunca pasa nada. Pero no siempre fue así. En mitad de los cincuenta, un par de familias trataron de hacerse con el control de todos los garitos […]
Imagino los problemas que tuvo mi editor al redactar la solapa del primer libro que me publicó. A diferencia de mis colegas verdaderamente notables, no poseo títulos, jamás he ganado un premio y ni siquiera puedo presumir de una personalidad deformada por cualquier enfermedad venérea. Le aconsejé que alargase la […]
Más que fe o esperanza, empiezo a creer que lo mío es cabezonería. Después de leer cómo José Luis Alvite dejaba de escribir en El Faro de Vigo, no he dejado de visitar la web del periódico una vez por semana por sí, en una de éstas, se volvía a […]
Rondaban por «El Corzo» otras mujeres, pero no eran como tú, Susana Pose, amiga mía, entre otras razones, porque las otras chicas tenían del amor la idea de que se trataba de algo dulce del que cabía esperar la formación de una familia rebosante de fotos y de hormigas, algo […]
Recogió el brazo y se sentó frente a mi. Pelo suelto y ondulado, caído en melena, como un sargazo fresco, sobre los hombros levantados y desnudos, brillantes como si acabase de barnizarlos ex profeso el ebanista. Vestía una blusa negra sujetada con un broche detrás del cuello. «Soy el resto […]
Fue un beso rabioso y apretado que se me hizo largo, amniótico e irrespirable como si nos estuviésemos besando en el fondo del mar, pero resultó también uno de esos besos comestibles y excitantes que saben a sexo y a comida. Después ella apoyó su cabeza en mi hombro y […]
Con motivo de mi divorcio se me planteó la disyuntiva de renunciar a la ruptura o aceptar la excomunión. Según las normas de la Iglesia, ser católico era incompatible con ser divorciado, de modo que tuve que elegir entre mi confesionalidad y mi conveniencia. No dudé un solo instante. Sabía […]