Muy poca gente sabe que en el Savoy actuaron estrellas de renombre, durante aquella época dorada que fue el periodo de postguerra. Gene Kelly, Fred Astaire, Frank Sinatra o Bette Davis fueron algunos de los artistas que dejaron su impronta en el escenario del local de Ernie Loquasto. Eran ese […]
alvite
De muchos otros cantantes se dice que sonaban limpios, pero Frank Sinatra, muchacho, ¡joder!, el bueno de Frank fue un tipo distinto de los otros, un cantante de cuya voz noctámbula, confidencial y culposa se puede decir que sonaba impune. Muchas mujeres lo admiraron precisamente por no parecerse a sus […]
Casi todos mis conocidos piensan que el Savoy es uno de esos lugares donde es mejor no perderse, un tugurio lóbrego y gris donde la esperanza de vida de sus habitantes es tan sólo de tres martinis y un bourbon sin hielo. Quizá por eso siguen siendo sólo conocidos. Estoy […]
¡Joder, muchacho! La mayoría de los tipos que ves por aquí bucean a diario entre la mugre de la sociedad. Algunos ni tan siquiera recuerdan cuando fue la última vez que sonrieron sin estar en una rueda de reconocimiento. Alvite eligió aquella noche para confesarse conmigo y estaba inusualmente hablador. […]
Desde hace unos días, quince más o menos, he notado que Al, Alvite ya no escribe en ninguno de los periódicos en los que, diariamente, unos cuantos adictos a su prosa lo buscábamos. Hasta donde sé, ya no se pasa por la radio con Herrera, ni escribe en El Faro […]
El Savoy es uno de esos sitios donde la Navidad pasa desapercibida, como un tachón en la lista de chimeneas a visitar por Santa Claus. Los muchachos lo saben y por eso no le echan nada en cara al viejo gordinflón si, en vez de recibir una tableta de turrón […]
Al me advirtió que una vez había oido al cronista del Clarion Chester Newman que en esta ciudad dejar un trabajo no era un lujo, era un pecado. Aunque para un tipo como tú un trabajo no es un lujo, es un milagro. * Cambio de aires El guaje ha […]
Chester Newman es muy reservado para sus cosas y raras veces confiesa un sentimiento. Me dijo anoche en el Savoy: «Muchacho, a veces pienso que lo malo de acariciar a una mujer es que corres el riesgo de que te mejore el carácter y se te joda la letra.» * […]