Volvimos a Granada a principios de año, aprovechando el primer día festivo que hubo. Como los últimos años, en vez de esperar que los reyes magos nos traigan cualquier tontería, pedimos algo conjunto, para hacer los dos y que siempre termina en viaje. Y, puestos a elegir, elegimos regalarnos Granada, uno de esos rincones del mundo al que nunca vuelves suficientes veces.
Nos propusimos hacer, además, un viaje diferente a los anteriores, más sosegado. Hemos ido tantas veces allí (ya va para diez años desde que le enseñé la ciudad a eme, con ele actuando de guía), que nos apetecía descubrir otros lugares paseando. Y, también, volver a algunos de nuestros rincones favoritos, una década después de aquellas fotos en las que salimos tan jóvenes.
Así que tuvimos tres fantásticos días de sol y frío, de largos paseos por el Albaicín, baños árabes y cenas tranquilas en un carmen, de visita a la parte pública de la Alhambra… nos dio tiempo a recordar, a tapear y caminar cogidos de la mano y a padecer las cuestas del Realejo. Todo en una ciudad que cada día nos gusta un poco más, aunque tengamos que compartirla con los reyes magos y la marea de gente que iba tras ellos. Al final, nos parece mentira lo que tres míseros días pueden hacer en tu cabeza.
Todas las fotos, como siempre, en este set de flickr:
Actualizada: ya he puesto el set de flick. Zarpas que tiene uno :).