ganas de agradar – El sueño del mono loco
El sueño del mono loco Saliva, cinismo, locura, deseo…

ganas de agradar

Esta mañana han empezado a trabajar en la oficina tres nuevos compañeros, dos chicos y una chica y se les podía adivinar en la cara esa extraña mezcla de miedo y expectación por lo desconocido, las ganas de agradar, los nervios tensos y la etiqueta de recién salidos de la universidad tatuada a fuego en la frente.

Más tarde, ya entrada la mañana, les habían desbordado con tantos datos, tipos de conexiones, de hardware y un largo, largo etcétera, que ya habían bajado la guardia y, simplemente, se esforzaban por retener la mayor cantidad de información posible sin descomponer el gesto.

¿Qué caras pondría yo en mi primer día? Trato de recordar las expresiones, las sensaciones y sigo igual, sin muchas pistas. Era un sábado e iba a hacer de vendedor de ordenadores, un trabajo que a la postre he descubierto que odio profundamente y de las cuatro horas que pasé metido allí, atendiendo gente y hablando de cacharros, duraron poco más de diez minutos. Fue una experiencia rápida y necesaria, para foguearme y aprender a tratar con gente y que, afortunadamente, he olvidado :D.

Por último, un consejo para estos días en que uno debe tener demasiadas cosas en cuenta, desde la manera de sentarse a la forma de coger el lápiz:

Nunca tendrás una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión.

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4 ideas sobre “ganas de agradar”

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