Mamá se suele quejar, no sé si con razón o sin ella, de que en la tierrina el tiempo siempre es malo (en el argot, que llueve), durante los fines de semana del verano. Mamá y yo tenemos ideas opuestas de lo que significa buen tiempo y mal tiempo, por lo que casi nunca la contradigo en estas lides, tan sumamente difíciles de demostrar.
Para mí, el buen tiempo es aquel que no me ahoga con rachas de aire caliente y cuarenta y tantos grados a la sombra, por muy mal que le siente a mi asma. Si, además, llueve, nieva o no se ve a dos metros por culpa de la niebla, mejor que mejor. Para mamá, el buen tiempo pasa por sol, cuanto más mejor, y arena de playa. Por eso, imagino, se ofende tanto si un sábado de julio amanece nublado o cuando un domingo tiene que ir a Llanes o a León a buscar su ración de vitamina D.
Nuestras discusiones por el tiempo casi siempre terminan en tablas, más por cabezonería que por educación. Yo me agarro al muy manido «si no lloviese, Asturias sería como Murcia; la lluvia siempre hace falta» y ella con su consabido «si, pero es fastidio».
Esta mañana, ojeando la prensa de la tierrina en Internet, me dí cuenta de que mamá no está sola y que cuenta con el refuerzo del humorista de La Nueva España. También pude ver que al tipo le jode tanto como a mi madre los caprichos meteorológicos.
Lo más curioso es que, viendo las fotos de la demostración del potencial aéreo español (cinco helicópteros y un caza bombardero prestado, no está mal) en la playa de San Lorenzo, de Gijón, no aparece nube alguna.
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Una idea sobre “del tiempo (metereológico)”
Está claro el dibujo y no admite discusiones, yo no digo que no llueva o esté nublado, lo que ocurre muchas veces es que coincide con el fin del semana por el verano, y como te preparas mentalmente para ir a la playa, cuando el hombre del tiempo te anuncia la entrada de un frente, siempre esperas que falle en su pronostico, cosa que ocurre muy frecuentemente, ya que aquí puede estar lloviento en Oviedo y soleado en Gijón o al revés, pero cuando luce el sol, nos tiramos a la calle, playa, monte , pasear por la ciudad, se disfruta del paisaje y de la temperatura, porque raramente en pleno verano pasa de 25 grados, y eso es un lujo, que sé echas mucho de menos, de todos modos, cuando orbaya o llueve, mi primer recuerdo siempre es para tí, porque sé que te gustaría pasear con los brazo en cruz bajo el agua como cuando llegabas al aeropuerto y te salias de la cola y hacias tu ritual con el asombro de viajeros . Tú y yo aunque discrepemos, siempre al final, habrá entendimiento. Besos.