el viaje de coyote – El sueño del mono loco
El sueño del mono loco Saliva, cinismo, locura, deseo…

el viaje de coyote

coyote.n1mh.org, mi servidor de descargas y el voluntario para todas las pruebas que se me ocurren, se va de viaje a América Latina. Y lo peor es que no me lleva con él. No le culpo, después de pasar de ser el portátil de referencia en casa, el niño de mis ojos verdes, a estar olvidado en un rincón, conectado todo el día a internet, buscando los nuevos capítulos de las series. Lo mínimo era dejarme en casa tirado como un perro.

La cuestión es que Gabino, una de esas personas poseedoras de un corazón del tamaño de una lavadora industrial, va a poder cumplir uno de sus sueños y se va de cooperante a Nicaragua durante un mes, donde conocerán el país, a sus gentes y la situación en la que están. También emprenderán unos cuantos proyectos de cooperación y luego, a la vuelta, contarán lo vivido y tratarán de concienciarnos al resto con sus vivencias. Y yo, que no soy como él sino un poco más egoísta y autocomplaciente, le ayudo en todo lo puedo para acallar las voces de mi cabeza. Porque una cosa es que no sienta la misma llamada que él y otra muy diferente que no me quite el sombrero ante su compromiso.

Entre las muchas tareas que va a llevar a cabo, Gabino va a tener que escribir diariamente en un blog, donde irá contando sus impresiones y sus cuitas y, aunque el proyecto cuenta con un puñado de ordenadores portátiles para los asistentes, lo hemos hablado y se lleva a coyote. Porque no es lo mismo compartir un ordenador que disponer de uno en régimen de semipropiedad, aunque suene egoísta y poco cercano al motivo real que lo lleva a cruzar el Atlántico. Además, gracias a coyote van a disponer de un aparato por cabeza y, supongo, les facilitará la labor. Para dejarlo operativo, llevamos varios días instalando y probando Skype, OpenOffice y una webcam que nos trae por la calle de la amargura aunque aún no hayamos claudicado. Y todo ello para que su amantísima esposa pueda verlo diariamente en el ordenador y la espera se haga más amena.

Como decía, va a narrar sus peripecias en un blog, Desde Ticuantepe, cuaderno de bitácora de un Nicarameño, que recomiendo encarecidamente y al que animo a visitar.

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