No, no está mal escrito. Pain, de dolor. Y eso porque hoy, a duras penas he podido caminar o moverme con normalidad después de ir ayer a una sesión de paintball con aderezos. Ginkana, pistolas láser y futbolín humano completaron la sesión de ejercicio que nos dejaron baldados. La experiencia muy bien pero, la próxima vez que sienta crujir la rodilla de esa forma, me quedaré quieto de inmediato, aún a riesgo de recibir un bolazo de pintura en la cara.
Más fotos, aquí.
4 ideas sobre “painball”
Vaya que si. Yo aun hoy sigo sin sentir las piernas, definitivamente, las dichosas bolitas de la ginkana me mataron. Por cierto, gracias a un «balazo» en mi hombro derecho puedo reconocerme en la cuarta foto!!
Muy americano te veo.
Caldo: yo aún cojeo y no puedo hacer ciertos movimientos. El gimnasio esta semana va a ser un martirio.
Llagos: ¿Por qué? ¿Por el paintball? Hay pocas cosas más españolas que liarse a hostias con algún tipo de utensilio. Y, si no me crees, date una vuelta por este enlace 😉
saludos.
Muy acertado el enlace, pero creo que de la época de Goya a ahora tenemos que evolucionar, sigo pensando que me parece un juego infantil y absurdo, pero creo que lo pasas bien, porque ya repetiste. Besinos.