retrato
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Fue mi primera sesión fotográfica de estudio y, como siempre que hay una gran ocasión, abusé de la paciencia y la confianza de la familia política. Una sábana para el fondo, unos taburetes, un trípode y un sol limpio inundando lateralmente la estancia hicieron el resto.
Hasta la fecha, el mejor retrato que he hecho. Alberto y María José, unos compañeros de trabajo, han sido los agraciados con este particular gordo.