Al final, tanto va el cántaro a la fuente, que termina trayendo agua. He aprobado inglés, el segundo curso del nivel avanzado, en la Escuela Oficial de Idiomas de Mérida. Ya soy el orgulloso poseedor de un papel donde, bajo mi nombre y el del ministro de educación de turno, […]
sueños
Al fin he terminado con los exámenes de inglés, después de estar dos meses entregado y absorto. En este tiempo he perdido la costumbre de juntar más de ciento cuarenta caracteres (¡yo te maldigo, twitter!) y de expresarme en cualquier otro idioma que no sea el de Shakespeare. En breve, […]
Han pasado ya ocho años desde aquella primera entrada y todavía no termino de creer que, a pesar de todo, siga escribiendo aquí (los ritmos son un problema, lo sé) y, lo mejor es que no tengo intención de parar. En este tiempo, 8 años, 96 meses y más de […]
El pasado sábado cumplí años, treinta y seis y, como todos los años recibí un montón de felicitaciones de familiares y amigos. ÿltimamente me he dado cuenta de la evolución que han sufrido las felicitaciones y es que, en mi caso, llegaron a través del teléfono móvil, del fijo, de […]
Ayer hicimos el tercer photowalk por Mérida y, contra todo pronóstico, batimos varios records. El primero, el de convocatoria, con un total de nueve personas, que contrastan con las anteriores sesiones (una persona, yo, en el primero y tres en el segundo), a pesar de haberlo organizado todo en dos […]
Hace un par de días recibí un email de una compañera de trabajo (y a pesar de todo, amiga) de Badajoz, de aquella primera época en Extremadura. Y me encantó. Porque, aunque la veo atravesada cada cierto tiempo en varias redes sociales y, de forma indirecta, sigo informado de su […]
Mi familia es una tribu. Creo que ya lo había dicho por aquí pero no está de más repetirlo. Nos movemos como esas bandadas de estorninos que vuelan entre los árboles, al unísono y movidos por las mismas necesidades. Cuando necesitas algo sabes que puedes contar con docena y media […]
Falta media hora para que vuelva el fútbol a mi vida, al país y nos convierta a todos en idiotas agresivos. Sólo faltan treinta minutos y me he refugiado en mi bar favorito de Mérida, buscando una cerveza fría y un rincón oscuro donde no llegue la luz de un […]