Tras nueve años y medio trabajando para Comparex en Extremadura, el pasado martes finalicé el proceso de cambiar de empresa. No ha sido una decisión fácil de tomar pero, tras un intenso mes de dudas, preguntas y nervios, me decidí a dar el paso. De Comparex guardaré un recuerdo especial […]
sueños
Estaba metiendo en cajas las cosas que creía importantes y, viendo la congoja de mi madre, intenté tranquilizarla diciéndole «tranquila, que en un año o dos estaré otra vez por aquí». Al día siguiente, lunes, cargué el coche con mi maleta azul, indo y dos cajas de folios llenas de […]
El sueño del mono loco, como blog, cumple hoy nueve años desde que publiqué, allá por 2004, la primera entrada contando mi búsqueda de piso por Mérida. Y digo del blog porque el dominio, n1mh, ya ha cumplido la década, primero bajo el amparo de las compañías debido a un […]
–¿Cómo llamarías a un servidor que está situado en Infiesto?–Buena pregunta–, respondí. Entonces recordé la última vez que estuve allí, tomando unas sidras con él, hablando de nuestras cosas y de trabajo, sobre todo de trabajo. Más atrás en el tiempo, rememoré un puñado de excursiones con los amigos, algunas […]
El primer juego que quise con todas mis fuerzas fue el Trivial Pursuit Edición Genus. Lo llamaba así, con el nombre completo porque me gustaba cómo sonaba. Todas aquellas preguntas, todo aquel saber sintetizado en un combate que no dependía del físico de los contendientes, me hizo desear aquel juego […]
Cuando hace un año terminé en la web de iamaustin y vi su proyecto, me quedé muy sorprendido y supe que tenía que hacer lo mismo. Retratar a gente sintetizando cómo se ven o se sienten era, por una parte un reto (la maldita timidez me impide abordar a nadie […]
No suelo ser muy impulsivo con las compras por internet, sobre todo desde que dealextreme ha cambiado de mensajería y ya no llegan los paquetes a Emerita Augusta tan bien como antes. Pero, hace algo más de una semana me dio por buscar en ebay un artículo que creía descatalogado, […]
ayer me llamó folixeru (tendrás cien años y seguiré llamándote así :)), tarde ya y según sus propias palabras, en pleno ataque de melancolía. Por una casualidad pasó cerca de donde trabajábamos y se decidió a parar y echar un vistazo. Y, claro, lo que vio fue desalentador y deprimente. […]